Por Pastor Milton Picon.
En esta Semana Santa reflexionamos sobre el como la muerte y resureccion de Jesús lo cambio todo.
Quedamos sorprendidos de ver como la vida de 12 seguidores de Jesús, de extracción humilde y poca preparación, llevaron a que el día de hoy, uno de cada tres habitantes de este planeta se identifiquen a sí mismos como cristianos.
La respuesta a el como y el porque pasó esto la encontramos en los hechos ocurridos durante lo que llamamos la Semana Santa.
La muerte de Jesús significo para nosotros el que nuestros pecados pueden ser perdonados. Abrió una puerta para que personas rebeldes como nosotros pudiéramos conocer y reconciliarnos con Dios. La resureccion de Jesús lo vindico como el único y verdadera Salvador y Rey de Reyes. Marcó el inicio de una nueva creación, donde la muerte sería destruida y podíamos tener la seguridad de una vida eterna junto a El.
Ningún otro evento ha impactado más al mundo que la muerte y resureccion de Jesucristo.
Jesús nunca escribió un libro, pero hay más libros escritos de el que de cualquier otra figura de la historia. De lo que conocemos nunca compuso una canción, pero hay más música escrita sobre El, que sobre cualquier otro sujeto. Hasta dónde conocemos Jesus nunca hizo un dibujo o creo alguna escultura, pero más arte se ha creado alrededor de su persona que de cualquier otro sujeto en toda la historia. Jesús nunca viajo más de 100 millas de donde nació, pero sus seguidores han llegado a todos los rincones de la tierra.
La vida, muerte y resureccion de Jesús, son las buenas noticias de un rey bueno, justo y misericordioso que reina perfectamente. Son tan buenas sus noticias que tenemos que proclamarlas a viva voz y al mundo entero.
¿Qué significado tiene esta historia para nosotros?
Que Dios nos ama incondicionalmente, al punto de entregar su propio hijo. (Juan 3:16-17)
Que podemos ser libertados y perdonados de nuestros pecados a través de su sacrificio en la cruz. (Isaías 53:6-10)
Jesús venció la muerte para que ya no tengamos que tener temor. (1 Corintios 15:3-28)
Recibimos de el la promesa del Espíritu Santo para que nos llenara de su poder. ( Hechos 1:8)
Dios tiene un propósito glorioso para nuestras vidas- que sirvamos y pongamos nuestras vidas por los demás. (Marcos 8:34-35, 2 Corintios 4:17-18)
Podemos tener la seguridad de una herencia futura como sus hijos e hijas.(1 Pedro 1:3-5)