COMUNICADO DE PRENSA, RADIO Y TELEVISION
El Presidente de la organización cívico-religiosa Morality in Media de Puerto Rico, el Pastor Milton Picón, favoreció las enmiendas propuestas por el Senado eliminando los términos “orientación sexual e identidad de género” como agravantes del propuesto Código Penal.
Personas, tanto del gobierno, como de la sociedad civil que no están al tanto de como se han estado utilizando las famosas leyes de crímenes de odio en varias partes del mundo para coartar los derechos de expresión a grupos cristianos, posiblemente se pregunten ante esta controversia: ¿Quien podria estar en desacuerdo con el que se promulguen leyes con el fin de evitar la violencia contra homosexuales, personas transgéneros u otras minorías? La realidad es que estas mismas personas no se detienen a pensar, o a preguntarse si en la actualidad existen leyes que pueden lidiar específicamente con el problema de violencia en contra de minorías. La realidad es que existen. Si esto es asi, nos conduce a una segunda pregunta. ¿Cuál es el uso entonces de incluir los términos arriba mencionados como agravantes en las leyes de crímenes de odio? ¿Cuál es la insistencia entonces de políticos como Liza Fernández, Albita Rivera, Eduardo Bhatia y Héctor Ferrer, y otros, en que se incluya esta terminología? La razón tiene que ver más con impulsar una normalización homosexualista, que en tener una preocupacion seria con el problema de la violencia o el crimen. Estos políticos, al igual que muchos de sus amigos les interesa sobremanera el introducir en las leyes del país, el principio de que la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad son asuntos tan benignos y neutrales como la raza, el sexo de una persona y las discapacidades, y que son un aspecto de la diversidad humana que tienen que ser afirmados y celebrados. Entienden estos favorecedores de las leyes de crímenes de odio, que una vez que la sociedad incorpore en sus pensamientos estos principios, aquellos que estén en desacuerdo pasan automáticamente a ser los nuevos ofensores, los nuevos recipientes del odio de la sociedad. Es además, no sorprendente, sino chocante el cómo los políticos del país utilizan la semántica para desinformar, o puesto más claro, para mentirle al pueblo de Puerto Rico, diciéndole que el Senado está aprobando el que se eliminen agravantes contra minorías que históricamente han sido protegidas, como lo sería el discrimen por sexo, raza o lugar de origen. Estas minorías siguen totalmente protegidas en el nuevo Código Penal.
Las leyes de crímenes de odio se convierten en leyes que penalizan los pensamientos y que terminan creando una nueva pesadilla Orweliana. Supongamos que una anciana fundamentalista de 70 años se enfrenta a un joven homosexual de 25 años y ambos en forma simultánea se empujan, a la vez que el joven le profiere a la anciana la frase: “Usted es una homofobica prejuiciada” y la anciana le riposta con un: “Y tú eres un inmoral sexual”. ¿A quién de los dos le aplicaría el agravante de la ley de crimen de odio? La ley le aplicaría exclusivamente a la anciana sobre la base de prejuicio contra una orientación sexual protegida y normalizada por ley. A la anciana habría que volcarle todo el peso de las penas del delito y añadirle un castigo adicional por agravantes.
Las famosas leyes de crímenes de odio han sido utilizadas en diferentes lugares del mundo para coartar la libre expresión religiosa de creyentes, esto ya ha sucedido en Europa ( Suecia, Irlanda e Inglaterra ), en el Canadá, donde activistas homosexuales llevan semanalmente a creyentes a los tribunales e instrumentalidades de derechos humanos por citar pasajes de la Biblia, por escribir cartas a periódicos oponiéndose al matrimonio homosexual o por un pastor predicar un mensaje en una iglesia de Génesis 19 ( la historia de Sodoma y Gomorra ). Lo mismo ya ha ocurrido en los Estados Unidos, en Filadelfia donde se arrestaron a 11 creyentes en la calle por manifestar verbalmente su desaprobación de la conducta homosexual y leer en alta voz los versos de la Biblia que hablan sobre la homosexualidad. Terminaron encarcelados, pagando fianza como criminales y expuestos a largas condenas de cárcel, de ser hallados culpables. Faltaría espacio para mencionar todas las instancias similares en otras jurisdicciones. Un caso prominente lo fue el ostracismo, ridículo público, y exposición a insultos de Miss California, Carrie Prejean, por cometer el “delito” de manifestar el estar en desacuerdo con un juez del concurso que favorecía el matrimonio homosexual. Lo que algunos podrían considerar un ejemplo de modelaje de conducta cristiana, la ley lo convierte en un crimen de odio. ¿Por qué a Carrie Prejean, el gobierno federal no le puede proteger su derecho a que no se le discrimine por su pensar religioso? La razón es simple, porque las leyes de crímenes de odio la convierten en una prejuiciada cuyos pensamientos y expresiones se convierten en faltas a la ley.
Las leyes de crímenes de odio que incorporan los términos “orientación sexual e identidad de género”, criminalizan a todos aquellos que no simpatizen con dichas conductas y se atrevan a verbalizar las mismas ejerciendo su libertad de expresar sus opiniones religiosas. Además abren las puertas a que se sigan creando leyes similares. Una vez estos modernos caballos de Troya estén en medio de nuestra sociedad, la agenda de aquellos que aborrecen los preceptos cristianos, que quieren empujar a los creyentes hacia los márgenes de nuestra sociedad y que quieren que estos circunscriban sus opiniones a las cuatro paredes de la iglesia, tendrán vía totalmente libre.Exhortamos al Presidente del Senado a que se mantenga firme en su posición, independientemente de lo que el Gobernador de Puerto Rico o su Secretario de Justicia puedan decir sobre este tema.
Milton Picón Díaz
Presidente Morality in Media de Puerto Rico (787) 615-0664 (Celular)
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